jueves, 10 de enero de 2013

El poder de las faldas

 





No es por nada, pero desde que empecé a usar faldas y vestidos hace como unos siete años, muchas cosas cambiaron en mi vida, para bien...

No se exactamente cómo empezó mi deseo de usar falda, pero recuerdo que en la universidad usaba unos vestidos largos y anchos, que combinaba orgullosamente con unas botas militares (nada cómodas a decir verdad) y aun así, me sentía "diferente", creo que un poco más femenina, no lo sé muy bien, pero sí recuerdo que cada vez que me ponía ese vestidito verde todo el mundo tenía algo para decirme.

Ahí todavía mi contacto con esa prenda era muy tímido y de todos modos, me ponía falda porque me inquietaba lo que me decía mi madre, quien insistía en que la falta de uso de falda, seca las piernas. Y bueno, a decir verdad, eso no era precisamente lo que quería que le pasara a mis extremidades.

El caso es que con el paso del tiempo, el deseo de usar faldas se volvió cada vez más fuerte y un día fui con mi madre a comprar oficialmente la primera. Era de jean, hasta la rodilla y cuando salí del vestier con ella puesta, me sentí cómoda y muy satisfecha.

Ese fue el primer paso, pero luego vino el gran reto de ponérmela. Porque, a cuántas de nosotras no nos ha pasado que compramos algo que consideramos "osado" y dura ahí en el closet guardado indefinidamente? Y el asunto de fondo era que le temía a mostrar mis piernas, que era tímida y que los piropos de los hombres me espantaban...

Ahora me da risa, pero me decidí a escribir sobre este tema porque hablando con chicas, me di cuenta que no solo a mí me pasaba en ese entonces, le sigue pasando a muchas, y por ese tipo de temores íntimos, cantidades de mujeres se privan de usarla.

He escuchado de todo, el que más me gusta es este "no, yo no soy de ese tipo de mujeres que usa falda".. Ahí inmediatamente sin disimularlo, hago cara de espanto y digo: y quién no, sino una mujer para usar falda, cuál es el tipo de mujer?

Increíblemente somos nosotras las que tenemos una cantidad de imaginarios y prejuicios femeninos en torno al tema de las faldas... También escucho con frecuencia decir "es que soy muy bajita y no me quedan bien", "uy, no... me siento rara", "uno después de los cuarenta y tantos ya no debe usar falda, es ridículo".
Mejor dicho, es que como me la paso indagando sobre el tema, tengo toda suerte de argumentos, que en ultimas, la verdad, solo reflejan nuestros temores. Porque lo que hay detrás de todo esto, es un miedo espantoso a conectarnos con nuestra feminidad.
El tema con las faldas es que nos dejan al descubierto, no nos protegen como lo hace un pantalón, nos dan libertad, nos embellecen, nos empoderan, y la verdad, nosotras no estamos acostumbradas a sentir nuestra feminidad desde ahí.

La sentimos más desde el maquillaje y los accesorios... pero, le puedo decir a las que no usan falda, que ninguno de estas expresiones se compara al uso de la falda.

Y es que su uso le recuerda a nuestro subconsciente que somos mujeres, para permitir que nos reconozcamos a nosotras mismas como tal y nos reconozcamos también las unas a las otras como mujeres, como manada que somos.

Fácil, no? Pero como estamos tan extraviadas en nuestra cotidianidad asumiendo tantos y tan variados roles, se nos olvida un poco quienes somos y cual es nuestra naturaleza. Lo más bonito es que las faldas y los vestidos están ahí para eso, fácil y amorosamente.

Entonces, a todas las invito a atreverse, a ponerse una, y a liberar esas piernas y esas caderas a ver cómo se sienten, y a las que ya la usan, las invito a seguir haciéndolo y a contarles a otras sobre su experiencia con esta prenda arquetípica y poderosamente femenina.