“Ponte tus zapatos de tacón y taconea”
Por: Lisseth Angel Valencia
Que levante la mano quien no se haya echado un mal polvo por no saber decir que NO a tiempo ni en el momento indicado, o a quien no se le haya pegado el trasero en su silla de trabajo un viernes hasta entrada la noche por evitar decirle que NO al jefe con decisión… quisiera ver muchas manos arriba.
Pero la verdad es que he podido comprobar que los colombianos somos pésimos diciendo que NO, y cuando lo hacemos pasan dos cosas: damos una excusa ó sentimos culpa. ¡¡¡Terrible!!! Al respecto, tengo que confesar que ya me salí del club de los que dan una excusa (y del club de los malos polvos también) y ahora miro directo a los ojos y digo sinceramente: “no puedo ir porque…” sin decir “Sí, fijo yo voy, claro…”, frase típica de mucha gente con la que deja metido a medio mundo.
Decir NO es otra opción y es válida. Nos permite crecer, no genera falsas expectativas en los otros y cuando se pronuncia hace sentir un fresquito…
Me cansé del montón de gente adulta que no sabe decir que NO. Que sabe de antemano que no quiere ir a tal compromiso y sin embargo asegura mil veces que irá y al momento de la cita llama a declararse con dolor de muela.
Me cansé también de la gente que se horroriza cuando digo que NO o de los que insisten incansablemente. Oigan, “cuando digo que NO es NO”, y cuando digo NO es porque estoy siéndome fiel, no buscando que me rueguen o hacerme la difícil.
Creo que debemos educar esta nueva camada de colombianos en la cultura del NO, con la libertad de poderse negar a cosas que los harían populares pero que atentan contra sus valores, o con la posibilidad de decidir sobre su sexualidad sin el temor a hacer el ridículo porque dice que NO quiere echarse un polvo con el más bueno de la U.
Y si cada vez decimos que NO de corazón para ser felices, estamos parados desde otro lado y estamos siendo nosotros mismos, por eso, a todos quienes lean este Manifiesto les invito a publicar sus NO más sentidos y a circularlos… Así que, bienvenidos y bienvenidas, este espacio es suyo.
Por: Lisseth Angel Valencia
Que levante la mano quien no se haya echado un mal polvo por no saber decir que NO a tiempo ni en el momento indicado, o a quien no se le haya pegado el trasero en su silla de trabajo un viernes hasta entrada la noche por evitar decirle que NO al jefe con decisión… quisiera ver muchas manos arriba.
Pero la verdad es que he podido comprobar que los colombianos somos pésimos diciendo que NO, y cuando lo hacemos pasan dos cosas: damos una excusa ó sentimos culpa. ¡¡¡Terrible!!! Al respecto, tengo que confesar que ya me salí del club de los que dan una excusa (y del club de los malos polvos también) y ahora miro directo a los ojos y digo sinceramente: “no puedo ir porque…” sin decir “Sí, fijo yo voy, claro…”, frase típica de mucha gente con la que deja metido a medio mundo.
Decir NO es otra opción y es válida. Nos permite crecer, no genera falsas expectativas en los otros y cuando se pronuncia hace sentir un fresquito…
Me cansé del montón de gente adulta que no sabe decir que NO. Que sabe de antemano que no quiere ir a tal compromiso y sin embargo asegura mil veces que irá y al momento de la cita llama a declararse con dolor de muela.
Me cansé también de la gente que se horroriza cuando digo que NO o de los que insisten incansablemente. Oigan, “cuando digo que NO es NO”, y cuando digo NO es porque estoy siéndome fiel, no buscando que me rueguen o hacerme la difícil.
Creo que debemos educar esta nueva camada de colombianos en la cultura del NO, con la libertad de poderse negar a cosas que los harían populares pero que atentan contra sus valores, o con la posibilidad de decidir sobre su sexualidad sin el temor a hacer el ridículo porque dice que NO quiere echarse un polvo con el más bueno de la U.
Y si cada vez decimos que NO de corazón para ser felices, estamos parados desde otro lado y estamos siendo nosotros mismos, por eso, a todos quienes lean este Manifiesto les invito a publicar sus NO más sentidos y a circularlos… Así que, bienvenidos y bienvenidas, este espacio es suyo.
2 comentarios:
Aprender a decir NO, fue hasta el día de hoy una de las dudas mas grandes que me asaltaba con frecuencia, luego de leer tu escrito, siento un fresquito en mi interior, al saber que son mas las veces que se me han subido los colores al rostro despues de aplicar lo aprendido....
definitivamente aprendi a decir NO.
que felicidad!!!!
ESTO LO MANDARON AL CORREO:
Por fin pude publicar un comentario!
Gracias por enviarme tu columna, Liss, muy bacana. La leo con un tinto, de postre post almuerzo.
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Super, Queri, que nota¡¡¡¡
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Hola Lisseth!!!!
Gracias por tus mensajes, no me pierdo de leer ni uno....siempre cargados de buena vibra y de historias fascinantes.
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